¿Por qué confiamos o desconfiamos de un rostro desconocido?
En apenas una fracción de segundo, nuestro cerebro decide si una persona desconocida nos parece confiable o no. No necesitamos palabras, ni gestos elaborados: basta con observar el rostro. Esta reacción, casi automática, tiene raíces profundas en nuestra evolución …
Ingeniería
Enlace: ¿Por qué confiamos o desconfiamos de un rostro desconocido?