El mundo es un lugar un poquito peor sin nuestro conector de auriculares: ni Bluetooth ni USB-C salvan la situación
En noviembre de 2015 ya se rumiaba la tragedia. Apple, decían los analistas, estaba preparando un iPhone 7 sin conector de auriculares. El horror.
Aquella predicción se cumplió, y lo peor de todo es que otros muchos fabricantes han seguido esa estela. Hoy vivimos en un mundo en el que tener conector de auriculares en el móvil es la excepción y no la regla. Hoy creemos que ese mundo es un poquito peor.
¿El puerto de auriculares es de pobres?
La tecnología está para hacernos más fácil la vida, pero el adiós a los auriculares sigue siendo discutible: eliminar la disquetera o la unidad de DVD fue un paso acertado por parte de los fabricantes de PCs: había alternativas ya asentadas, maduras y que funcionalmente eran perfectas.
Con la toma de auriculares de 3,5 mm no ha sucedido eso. Los fabricantes de móviles se han empeñado en hacer desaparecer el puerto alegando que eso permitía ahorrar algo de espacio en el interior de los móviles para, por ejemplo ganar en batería.
La excusa suena algo rara cuando hoy en día los móviles son más grandes que nunca y parece que precisamente habría margen de maniobra para no eliminar el conector de auriculares.
Y sin embargo estamos viviendo una situación irónica en lo que el conector de auriculares es una opción que incluyen los terminales de gama de entrada pero casi nunca los de gama media y alta. Es como si se hubiera convertido en una opción para pobres.
La promesa de los fabricantes era clara: no os preocupéis, que tanto USB-C como Bluetooth son opciones más que válidas para sustituir al conector de auriculares. Vamos a daros una gran sorpresa. No lo son. No al menos de momento.
El desastre USB-C
El conector USB-C es estupendo como concepto: un conector que permite a su vez integrar todo tipo de interfaces de datos e incluso de alimentación. Su camaleónico comportamiento permite que el puerto USB-C sirva por ejemplo para conectar nuestro portátil a un monitor externo, a una GPU externa o incluso cargarlo mediante este puerto.
Algunos se han fiado tanto de la promesa de USB-C que lo han apostado todo a esa carta. Hace tiempo que los portátiles de Apple solo cuentan con estos puertos y obligan a sus usuarios a lidiar con esa singular #donglelife que hace que necesiten adaptadores para muchos periféricos tradicionales que no cuentan con ese conector.
Con los móviles esas ventajas no son tan claras, y de hecho los fabricantes que los incluyen los han integrado básicamente como una evolución de los puertos Micro USB tradicionales. Sí hemos notado ventajas en los sistemas de carga rápida por ejemplo, pero donde hemos perdido opciones es sin duda en el ámbito del audio.
Algunos fabricantes incluyen auriculares USB-C con sus dispositivos: el Huawei P20 Pro es un buen ejemplo de ello. Sin embargo, es más bien la excepción: la inmensa mayoría de los fabricantes que han erradicado el puerto de auriculares de sus terminales lo han hecho sin piedad, sin incluir siquiera un adaptador para soportar mejor la transición.
Otros al menos sí dan esa opción —mi Xiaomi Mi 6 llegó con uno de esos dongles/adaptadores— y con ella al menos puedes seguir utilizando el conector de auriculares a través de esos adaptadores intermedios. No es una solución óptima, entre otras cosas porque el diseño del conector de auriculares era mucho más «sólido» en el sentido de que era mucho más difícil que se desconectara con un tirón: al menos en mi Xiaomi Mi 6 el adaptador para conectarlo al puerto USB-C se me desconecta a menudo, lo que me hace volver a reconectarlo una y otra vez.
El problema no es solo ese: el problema es que el conector USB-C es un caos. Un auricular USB-C que puede funcionar bien en un móvil puede no hacerlo bien en otro, y de hecho pueden hasta no funcionar en absoluto. La versatilidad de este estándar es irónicamente enemiga de los usuarios, porque cables, dongles y auriculares no garantizan que podamos escuchar nuestra música tranquilamente en todos los dispositivos a los que queremos conectar esos auriculares USB-C.
Pero no se vayan todavía, que aún hay más: los auriculares USB-C escasean y son caros. Pocos han sido los fabricantes que han apostado por este formato, y los que lo han hecho imponen un precio superior a la de las alternativas basadas el en minijack de toda la vida. Uno se pregunta si una vez más la razón de haber dicho adiós al conector de auriculares ha sido «el maldito parné»: se cobra más a los usuarios por estos accesorios sin que apreciemos ventajas especiales por haber dado el salto de este conector al USB-C en materia de calidad de audio, por ejemplo.
Lo inalámbrico es el futuro, se supone
La esperanza está en los auriculares inalámbricos. La evolución del estándar Bluetooth ha facilitado que por fin esta interfaz de conexión inalámbrica permita transmitir audio de calidad sin apenas latencia gracias a la llegada de códecs como aptX, con los que el audio de calidad se comprime para una transmisión más eficiente y se descomprime en el destino, como explicaban nuestros compañeros de Xataka Smart Home.
Este tipo de mejoras tecnológicas —Qualcomm lleva un tiempo defendiendo su tecnología TrueWireless— se unen a las que por ejemplo Apple ha implementado en sus AirPods, que se han convertido en el referente en este segmento. No son baratos, pero quienes los prueban parecen no querer volver atrás, y parece que este tipo de soluciones son la alternativa más interesante a un segmento que se ve muy perjudicado para los usuarios de dispositivos móviles que querían seguir usando los auriculares en los que ya habían invertido dinero.
Pero como decimos, con los auriculares inalámbricos ocurre un poco como con los USB-C: son más caros y no hay una variedad especialmente extensa. Afortunadamente la situación es mejor que la que existe en el ámbito de los accesorios USB-C, y de hecho hay soluciones económicas que pueden rivalizar con cascos tradicionales con conector de 3,5 mm, como dejábamos claro en nuestra reciente guía de compras de auriculares inalámbricos.
Todo parece apuntar a que estos auriculares inalámbricos son el futuro: ya hay rumores de unos AirPods 2 con carga inalámbrica a principios de 2019 y aquí esperamos que otros fabricantes como Google también aprovechen para darle una vuelta de tuerca a unos Pixel Buds que a pesar de sus grandes promesas no han cuajado como se preveía.
Pero son otros muchos los que nos pueden dar alegrías en este sentido, y afortunadamente hay alternativas de fabricantes reputados como Sony, Sennheiser, Audio-Technica, Jabra o Bose (entre otros) que han ido permitiendo disponer de una variedad interesante en este mercado.
Y sin embargo, muchos seguimos echando de menos el conector de auriculares de toda la vida. ¿Por qué no volver a integrarlo y dejar que sean los usuarios los que decidan cómo quieren escuchar música?
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Javier Pastor
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