Facebook se le quedó pequeño a Rusia, que también usó Instagram para influir en las elecciones de Estados Unidos en 2016
Mucho se ha hablado del impacto potencial que Facebook tuvo en las elecciones estadounidenses de finales de 2016 que dieron la victoria a Donald Trump. Ahora se ha descubierto que Rusia no solo usó esa plataforma para influir en ellas, sino que se aprovechó aún más de Instagram.
La llamada Internet Research Agency de Rusia llegó a controlar 133 cuentas con las que lanzó 100.000 posts entre 2015 y 2018. Hubo 187 millones de interacciones (likes, comentarios) con ese contenido, lo que deja muy atrás las 77 millones que hubo con contenidos publicados en Facebook.
La granja troll rusa crece
La IRA es según la inteligencia norteamericana una agencia financiada y controlada por el gobierno ruso que califican de «granja troll». Este organismo se encarga de realizar gandes operaciones de influencia online en beneficio de los intereses políticos y empresariales rusos.
En The Guardian y Bloomberg se analiza el papel que tuvo Instagram como parte de la campaña de desinformación que se realizó con motivo de las presidenciales estadounidenses en 2016.
El estudio proviene del Senate Intelligence Committee de los Estados Unidos, que llega a la conclusión de que «Instagram fue quizás la plataforma más efectiva para la Internet Research Agency». Según el informe el 40% de las cuentas alcanzaron 10.000 seguidores, y 12 de esas cuentas de Instagram consiguieron más de 100.000 seguidores.
La IRA creaba cuentas en torno a los intereses de sus usuarios usando vídeos y fotografías e iban construyendo afinidades con los seguidores para luego difundir mensajes específicos. Por ejemplo, señala el analista Hugo Sáez, «se crearon cuentas de Instagram aparentemente pro-feministas que buscaban desmotivar el voto de las mujeres acusando a Hillary Clinton de no ser feminista». Esa misma técnica se utilizó en comunidades afroamericanas o la comunidad LGBT.
En la CNBC explican cómo muchos de los posts que mejor funcionaron para sus intereses ni siquiera fueron pagados a campañas de desinformación: fueron los propios usuarios los que acabaron haciendo virales con sus comentarios y sus interacciones, compartiéndolos con sus seguidores.
No hubo comentario alguno de los directivos de Facebook ni de quienes interrogaron a Mark Zuckerberg en el Congreso y el Senado sobre esta cuestión.
Los expertos indican que al evitar el tema en Facebook evitaron contaminar la plataforma que mejor le funciona a Facebook entre las marcas. Para muchos analistas Instagram podría ser protagonista en futuras batallas políticas en adelante, algo que su sumaría a la reciente prominencia de WhatsApp en procesos electorales recientes como el de Brasil contra la que la empresa ha tratado ahora de actuar.
En The New York Times ampliaban el análisis hablando de cómo estas cuentas incluso vendían merchandising tanto a grupos pro-Trump como a grupos pro-Clinton. El objetivo no era recaudar dinero, sino «recopilar datos e identificar quienes eran las personas más defensoras de cada causa. Después con esta información la IRA lanzaba campañas de propaganda con más efectividad», señalaba Sáez en Twitter.
Instagram se convierte por tanto en el foco de atención de estas nuevas revelaciones que demuestran que Facebook, WhatsApp, Twitter o Google (y YouTube) son plataformas y redes sociales que desde hace tiempo se utilizan como herramienta política. La amenaza de la desinformación es cada vez más clara, y habrá que ver cómo afrontan estas empresas un problema que podría acabar siendo punto de inflexión para la confianza que los usuarios depositan en estas empresas.
Vía | Wired
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Javier Pastor
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