Los "selfies" en la NASA no son siempre un juego: pueden ser el mejor test de verificación de instrumentos
Los selfies, antes también conocidos como autorretratos o autofotos, son un reclamo excelente en cuestión de smartphones y una moda que ya lleva algunos años en redes y plataformas sociales. Una tendencia de proporciones estratosféricas y nunca mejor dicho, de hecho se hacen también de exosfera para fuera y además los selfies sirven para comprobar el funcionamiento de telescopios espaciales.
En concreto hablamos del telescopio espacial James Webb (JWST), un telescopio de infrarrojos con un espejo de 6,5 metros que aún tenemos en tierra firme dado que su lanzamiento está previsto en 2019. Como todo lo que sale de nuestro planeta, el telescopio ha de pasar pruebas que simulan dichas condiciones y entre esas comprobaciones está esta peculiar prueba, aunque si hablamos de selfies espaciales algo más lúdicas ya hay unas cuántas (y no sólo de personas).
Hola, Webb, di patata (también bajo cero)
Si los dispositivos de consumo pasan tests de resistencia y verificación contra golpes y los envites que puedan sufrir por su uso, los vehículos que se envían al espacio no van a ser menos, sobre todo teniendo en cuenta que ahí fuera van a ser bombardeados con dosis altas de radiaciones, temperaturas extremas y puede que nuestra propia basura. De este modo, los materiales, instrumentos y demás componentes son sometidos a pruebas que simulan dichas condiciones durante su construcción.
Y aunque pueda parecer broma, en este caso un selfie ha formado parte de una de estas importantes pruebas. En concreto se trata de la comprobación de la alineación de las ópticas, los segmentos individuales de ese espejo primario y el resto del sistema. Es decir, en este caso un selfie era la manera de verificar que el JWST funciona correctamente a temperaturas bajo cero.
¿Qué hay en la foto? La definición técnica de lo que vemos es la demostración del test “pass-and-a-half”, el cual explica la NASA con detalle y que se rata de comprobar que la reflexión de la luz entre los espejos es correcta. La de nuestros ojos es la de un ser humano con un traje aparentemente espacial que está fotografiando su reflejo acostado sobre una estructura.
Este ser humano con escafandra es el ingeniero Larkin Carey fotografiando el hardware que se estaba testeando, concretamente el reflejo que daba el espejo secundario. Carey se halla amarrado en una plataforma sobre el espejo principal, elemento que vemos en la fotografía además del AOS (Aft Optics Subsystem), el ASPA (AOS Source Plate Assembly) y al propio ingeniero.
Otras selfies que nos ha ido dejando la exploración espacial
Si somos aficionados a la astronomía o nos han interesado los principales hitos en su historia, el nombre de Buzz Aldrin nos sonará bastante. El que fue uno de los tres primeros seres humanos que llegó a la Luna también se hizo una autofoto en 1966 que fue subastada por Bloomsbury según contaron en The Telegraph, considerada la primera selfie espacial y tomada durante la misión Gemini 12 en noviembre de 1966.
Lo de usar los reflejos es la tónica habitual en los selfies espaciales (se entiende, con lo frecuente que es llevar un casco en los distintos lugares de trabajo). También fue el recurso que usó el astronauta Charles ‘Pete’ Conrad al realizar una autofoto reflejado en el casco de Alan Bean, ambos en la Apollo 12 en la Luna (1969).
En 2012 el astronauta Aki Hoshide se tomaba una foto también durante una actividad extravehicular (EVA) en la que instalaban una pieza (MBSU) y una cámara en la Estación Espacial Internacional (ISS). Lo hacía junto a Sunita Williams, que también se ve en el reflejo del casco de Hoshide.
Por su parte, Chris Cassidy se tomaba una foto de casi cuerpo entero también durante una EVA en la ISS. Fue tomada en julio de 2013.
Pero no sólo de personas entienden los selfies espaciales. En 2014 la sonda Rosetta contribuía a la horda de selfies con el suyo, con el cometa 67P al fondo, que ya os mostramos en su día.
Y en 2015 el rover Curiosity se hacía un autorretrato recogiendo muestras en el Monte Sharp. Foto que en realidad era la composición de doce imágenes (tomadas por el Mars Hand Lens Imager en el brazo robótico de Curiosity) y que mostraba distintos puntos de la geografía marciana. De hecho no sólo hubo una selfie, hubo algunas más e igualmente informativas.
Imagen | NASA
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Anna Martí
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