OPPO Find X, análisis: un primer paso hacia las pantallas infinitas con algunos detalles por pulir
No hay que subestimar la inventiva e ingenieros, diseñadores y demás personal que hay tras la idea y construcción de un móvil, ni siquiera ahora que dentro de un asentado factor forma parece haberse tocado techo a nivel de diseño. Y ese aire de distinción es el que no se ha disipado durante nuestro análisis del OPPO Find X.
Con él hemos resuelto muchas de las dudas que se nos quedaron al conocer el terminal de primera mano, lo cual ya os contamos en las primeras impresiones. Es un móvil que además de ese llamativo módulo para las cámaras y la identificación facial, está a la última en componentes y en estética, buscando ser un rival para los móviles más potentes y más exclusivos, y que da una experiencia con nubes y claros.
Ficha técnica del OPPO Find X
OPPO Find X | |
---|---|
Pantalla |
6,4 pulgadas OLED |
Procesador |
Snapdragon 845 |
GPU |
Adreno 630 |
Memoria RAM |
8 GB |
Almacenamiento interno |
Hasta 256 GB |
Cámara trasera |
16 megapíxeles |
Cámara frontal |
25 megapíxeles |
Batería |
3.400 mAh |
Conectividad |
Dual SIM 4G |
Otros |
Reconocimiento facial 3D, módulo móvil para cámaras |
Sistema operativo |
Color OS, basado en Android 8.1 Oreo |
Dimensiones y peso |
156,7 x 74,2 x 9,6 milímetros186 gramos |
Precio |
Desde 999 euros en MediaMarkt, El Corte Inglés, Movistar y FNAC |
OPPO Find X, review en vídeo
Diseño: la otra cara de la innovación (y los muchos rincones)
Puede que OPPO aún no suene tan familiar como otras marcas fuera de China, aunque como ya vimos repasando su largo recorrido no se trata ni mucho menos de un fabricante nuevo, sino todo lo contrario. Y lo que tampoco debería pillar de nuevo es que se atrevan con construcciones y diseños singulares, ya que también lo ha hecho en el pasado con móviles como el OPPO N1 y su módulo giratorio para cámaras.
Precisamente ahí está también el eje de la innovación en el OPPO Find X, que nació y llegó ya al mundo más allá de China con su módulo extraíble para todo lo que habitualmente supone el marco y borde superior, incluyendo la cámara trasera. Algo que nos recordaba al Vivo NEX, aunque en aquel caso el módulo es más pequeño (sólo para la cámara).
Así, la parte superior es como un sándwich, con dos rebanadas de cristal que dejan salir una mezcla compuesta por las tres cámaras (traseras y frontal, el flash y todo lo que compone el sistema de reconocimiento facial avanzado. El módulo queda pues con la forma que marcan la trasera y el frontal, con curvas en ambas caras, casi como si saliese un Samsung Galaxy S9+ fino (de 6,65 milímetros) de dentro, por la curvatura de las esquinas.
Diferente también es la forma de los bordes superior e inferior. Ambos presentan una concavidad en toda su extensión, de modo que el altavoz, la bandeja de la SIM y el USB tipo C quedan en la base bajo esta parte algo más interna, así como el micrófono en la parte superior.
Todo esto logra que quede un frontal muy despejado, tanto que según el fabricante se alcanza el 93,8% de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla (un 87% según GSM Arena). No hay notch en esta pantalla que respeta la simetría vertical en cuanto a marcos, pero no la horizontal al ser algo más grueso el inferior (3,43 milímetros frente a 2,68 en los laterales y el superior), al estilo del Xiaomi Mi MIX 2S pero bastante más igualados.
Hablando de las cinturas de avispa que hemos llegado a ver en los móviles, se trata de un móvil grueso, con unos 9,6 milímetros que se alejan de los 7,7 milímetros del iPhone XS, los 7,9 del LG G7 ThinQ o los 7,75 del OnePlus 6, superando incluso los 8,8 milímetros del Samsung Galaxy Note 9 y quedando por debajo de los Sony (aunque cerca del Sony Xperia XZ3, el más delgado de los de este año).
Pantalla (pulgadas) | Altura | Anchura | Grosor | Peso | Batería (mAh) | Superficie | Volumen | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
iPhone XS Max | 6,5 | 157,5 | 77,4 | 7,7 | 208 | 3.174 | 101,81 | 78,4 |
OPPO Find X | 6,42 | 156,7 | 74,2 | 9,6 | 186 | 3.730 | 116,27 | 111,62 |
Samsung Galaxy Note 9 | 6,4 | 161,9 | 76,4 | 8,8 | 201 | 4.000 | 123,69 | 108,9 |
OnePlus 6 | 6,28 | 155,7 | 75,4 | 7,75 | 177 | 3.300 | 117,4 | 90,98 |
Xiaomi Mi 8 | 6,21 | 154,9 | 74,8 | 7,6 | 172 | 3.300 | 115,87 | 88,06 |
Samsung Galaxy S9+ | 6,2 | 158 | 73,8 | 8,5 | 189 | 3.500 | 116,6 | 99,11 |
Huawei P20 Pro | 6,1 | 155 | 78 | 8,2 | 190 | 4.000 | 114,55 | 89,34 |
LG G7 ThinQ | 6,1 | 153,2 | 71,9 | 7,9 | 162 | 3.000 | 110,15 | 87,01 |
Pixel 2 XL | 6 | 157 | 76 | 7,9 | 175 | 3.520 | 121,1 | 95,68 |
HTC U12+ | 6 | 156,6 | 73,9 | 8,7 | 188 | 3.420 | 115,72 | 112,26 |
Sony Xperia XZ3 | 6 | 158 | 73 | 9,9 | 193 | 3.330 | 115,34 | 114,19 |
Xiaomi Mi MIX 2S | 5,99 | 150,8 | 74,9 | 8,1 | 191 | 3.400 | 113,02 | 91,54 |
iPhone XS | 5,8 | 143,6 | 70,9 | 7,7 | 177 | 2.658 | 121,91 | 93,87 |
Es algo más contenido que el Xperia XZ3 y el HTC U12+, teniendo una pantalla de mayor diagonal. Y aunque es más voluminoso que el Note 9 y el Huawei P20 Pro, es algo más ligero que éstos, aunque con sus 186 gramos es un terminal pesado. Sin agotar ni causar molestia, pero pesado es.
Es un móvil bien construido y acabado, pero el cristal de la parte trasera no parece muy resistente a microabrasiones y pequeños arañazos. Su estética parece centrada en transmitir sensación de lujo y elegancia (sobre todo la edición especial Lamborghini, aunque para gustos, colores y para sensaciones también), si bien el acabado en burdeos o azul de la trasera aporta cierto toque desenfadado y no tan sobrio como el negro del Lamborghini.
En referencia a las microabrasiones, hay algo a tener en cuenta de cara a un uso a largo plazo: el módulo extraíble está lleno de esquinas y recovecos que favorecen que se queden ahí partículas de polvo y/o arenilla, sobre todo si donde lo usamos hay bastante densidad de partículas en suspensión. No es fácil eliminarlas; los pañitos y gamuzas (esos grandes amigos) en ocasiones no llegan a la esquina del todo, y habría que hacerse con algún pincel (si soplando suavemente tampoco se quitan).
Se supone que el sistema aguanta como mínimo 300.000 movimientos sin romperse (en este análisis habremos llegado aproximadamente a los 350, teniendo en cuenta desbloqueos y uso de la cámara). Pero se nos queda la duda de si la acumulación de arenilla y partículas jugará una mala pasada a la superficie, como pequeños arañazos, o acabar colándose en los interiores el mecanismo (que podemos ver en detalle por dentro gracias a MyFixGuide).
Dejando a un lado todo esto, es bastante cómodo en mano, tanto en agarre horizontal como vertical. Todo él es reflectante, con cristal en ambas caras y bordes acabados en brillo, estando bien acabado y transmitiendo la sensación de un todo aunque el diseño juega con las diferentes piezas de la estructura (bordes, frontal, trasera y módulo extraíble).
El logo del fabricante y el nombre del modelo son casi lo único que ocupa la parte trasera. Con la solución del Find X, no hay cámaras protuberantes ni integradas en este lado, y la marca ha considerado no integrar un lector de huellas, a lo Apple, ni siquiera en la pantalla.
Pantalla: hasta luego, «notch», aquí tu entrada no está permitida
Caballo grande, ande o no ande. En OPPO han querido que si se habla de pantalla «casi» infinita, que sea por un panel de tamaño considerable, y nada de 5,5 pulgadas, ni 6, ni 6,2: son 6,4 las pulgadas de la pantalla AMOLED que incorpora el Find X.
Se trata de una pantalla curva en sus bordes laterales, lo cual tendrá una función relacionada con la interacción de los que hablaremos a continuación, en este mismo apartado. Lo que hemos comprobado es que esa sensación de colores saturados que ya tuvimos en la toma de contacto se mantiene, con un panel que viene sobresaturado de fábrica y que sólo podremos ajustas a nivel de brillo y temperatura de blancos (viene también ligeramente frío).
Con una resolución FullHD+ (2.340 x 1.080 píxeles) el nivel de nitidez es suficiente, sin recurrir a otras resoluciones que tendrían un mayor consumo energético. En nivel de contraste es también adecuado, incluso si exageramos los ángulos de visión, conservándose la nitidez pero ya viendo alguna de las coloraciones verdosas típicas de los AMOLED.
En cuanto al brillo máximo, el OPPO Find X llega aproximadamente a los 460 nits, lo cuales son suficientes cuando la situación exige el máximo nivel de brillo (aunque no vendría mal un poco más). Eso sí, habría que corregir el ajuste de brillo automático, dado que en ocasiones se queda bajo sin que haya un cambio de luz en el ambiente.
Como decíamos al hablar de las posibilidades de ajustar la saturación, la configuración de pantalla no da muchas opciones con respecto a la calibración y a los tonos. Añade algo a la que habría por defecto, pero no tiene los apartados que vemos en EMUI o la capa de personalización de Sony para la saturación o el contraste.
Hay algo bastante interesante para la interacción usuario-terminal, pero no tanto para la de usuario-interfaz: la posibilidad de añadir gestos, aunque hay una buena y una mala noticia. Podemos añadirlos para que ciertas acciones puedan tener así un acceso rápido en la práctica (como las capturas de pantalla o la pantalla dividida), incluso en pantalla apagada, y esto hace que sea especialmente cómodo ejecutarlas.
Podemos por ejemplo configurar un gesto para que se abra la app que queramos, o activar los controles de reproducción de música para la pantalla apagada. Pero en la práctica esto segundo no funciona bien (sí la apertura de una determinada app), y lo que se echa en falta es que pueda sustituirse la barra de navegación tradicional por gestos al estilo del iPhone, del Xiaomi Mi 8 o el OnePlus 6, así como que la barra de botones se oculte automáticamente y no sólo con el botón añadido.
Siendo una de las pantallas que menos marcos tienen la navegación sería mucho más cómoda incorporando esos gestos. También implementando mejor el desbloqueo alternativo al facial (hablaremos en detalle en la parte de software), aunque lo ideal sería probablemente complementándolo con la lectura de huellas en pantalla.
No hay pantalla ambiente en Colour OS, sí la posibilidad de configurar la iluminación de los bordes para las notificaciones y configurar el doble toque para activar pantalla. En este aspecto, lo que también podría mejorar es la interfaz o la sensibilidad de los comandos de las notificaciones de control de reproducción, ya que si no damos un tap completamente perpendicular lo que haremos es activar el desbloqueo facial (si lo tenemos activado), y por tanto la eyección (innecesaria del módulo).
Lo que sí incorpora es una iluminación de la curvatura de la pantalla para ciertas notificaciones y las llamadas, muy similar a lo que implementó ya Samsung. Podemos configurar un color y qué apps queremos que nos notifique así.
Rendimiento: así funciona un móvil con lo más potente en configuraciones para Android
Como decíamos al principio, más allá de que sea un móvil con la peculiaridad de módulo retráctil está la electrónica que lo coloca en primera línea. El OPPO Find X integra un Snapdragon 845 con 8 GB de RAM, lo máximo que vemos en los móviles Android de 2018.
Con esto ya predispone a pensar que no habrá ningún problema de carga o ejecución, y así es en cuanto a lo relativo a potencia y rendimiento (luego puntualizaremos lo de la ejecución en la parte del software). No hay ningún titubeo ante la apertura y ejecución de apps pesadas como las de videojuegos o las de reproducción multimedia, y no se arrastra ni hay lags en aperturas, cierres, multitarea o transiciones.
Ningún problema al probar juegos, app que tienen un plus de exigencia en cuanto a carga gráfica, y la multitarea se despliega instantáneamente (de hecho, se agradece que el carrusel no vaya a una velocidad excesiva porque el manejo es mucho mejor, aunque esto es un ajuste del sistema no relacionado directamente con el hardware). En el único caso que hemos percibido cierto lag (y puntualmente) ha sido con los botones de navegación, a la hora de cerrar o desplegar la multitarea en apps a pantalla completa, si bien parece más cosa del software de la casa.
Notaremos que el terminal aumenta su temperatura interna cuando estamos usándolo activamente durante un rato, sobre todo si son videojuegos o cámara, pero no ocurre siempre o cuando lo tenemos reproduciendo audio durante horas. La temperatura que alcanza tampoco es preocupante, ni mucho menos molesta, y se disipa pronto en cuanto disminuimos la intensidad del uso.
Para quienes tomáis como referencia los benchmarks, os dejamos los resultados del OPPO Find X a los tests que solemos pasar, en una tabla comparativa con sus rivales de configuración equivalente o aproximada.
OPPO Find X | iPhone XS | Samsung Galaxy Note 9 | Xioami Mi 8 | Samsung Galaxy S9+ | LG G7 ThinQ | Huawei P20 Pro | OnePlus 6 | Xioami Mi MIX 2S | ||
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Procesador | Snapdragon 845 | Apple A12 Bionic | Exynos 9810 | Snapdragon 845 | Exynos 9810 | Snapdragon 845 | Kirin 970 | Snapdragon 845 | Snapdragon 845 | Apple A11 Bionic |
RAM | 8 GB | 4 GB | 6 GB | 6 GB | 6 GB | 4 GB | 6 GB | 8 GB | 8 GB | |
Antutu | 282.324 | 313.341 | 237.723 | 268.966 | 253.740 | 231.526 | 213.000 | 261.382 | 258.860 | |
Geekbench 4 (single/multi) | 3.308 / 7.915 | 4.803 / 11.178 | 3.767 / 9.032 | 2.413 / 9.075 | 3.781 / 8.942 | 2.366 / 8.581 | 1.609 / 6.816 | 2.465 / 7.744 | 2.445 / 8.405 | |
PCMark Work | 9.803 | – | 5.174 | 7.834 | 5.067 | 8.131 | 7.185 | 8.088 | 8.247 | |
3DMark (Ice Storm Unlimited) | 63.702 | – | 42.558 | 57.365 | 36.685 | – | 30.168 | 50.961 | – |
Software: OPPO prefiere «colorear» Android a su gusto
Con las capas de software de los fabricantes pasa como con la ensaladilla rusa. Parece que cuanto más variada mejor, y que una vez mezclado todo bajo el amalgama de la mayonesa ya queda como un todo y simplemente gusta, pero es muy importante que esté todo compensado, porque si falla un ingrediente la ensaladilla cojea. Y eso nos pasa con Colour OS, que hay algún ingrediente que podría mejorarse.
El OPPO Find X viene de fábrica con Colour OS 5.1 sobre Android Oreo 8.1.0. Capa de software que como hemos anticipado elimina cualquier rastro estético de la versión de stock del sistema de Google para guiar al usuario por interfaces, menús y colores propios.
Tenemos algunas apps propias en forma de utilidades, con algún extra interesante como el conversor de divisas, y las que suelen poner como alternativa a las que proporciona Google. No podremos desinstalar ninguna de éstas ni eliminarla del escritorio (nada de cajón de apps en Colour OS), sí podemos hacerlo con Facebook (que también aparece preinstalada).
Los ajustes son algo distintos pero bastante intuitivos. Ya hemos visto algunos apartados como el de la pantalla, cuya configuración se reparte en varias secciones, y encontramos también «Inteligente y cómodo», un esos apartados propios para los gestos, ajustar la navegación o configurar el modo de conducción inteligente.
Este modo de conducción inteligente es también bastante útil (aunque lo de «inteligente» no significa nada en sí), ya que al disponer de un toggle propio es muy rápido activarlo y con un tal dejamos el móvil listo para la conducción (con notificaciones silenciadas, el emparejamiento con el dispositivo bluetooth que elijamos, etc). Hay también un toggle para la herramienta de mejora, pero no hay mucho que añadir en cuanto a la misma ya que es casi la mínima esencia de una de estas apps (y es complicado que un teléfono con esta configuración necesite liberar memoria RAM o tareas).
Ya hemos comentado lo referente a navegación en la sección de pantalla y hablaremos de las opciones para gestionar la autonomía y las de audio en los correspondientes, pero en general nos queda la sensación de que Colour OS podría dar mucho más de sí. Más opciones para la navegación, para ajustar la pantalla, para los desbloqueos o para la configuración de un modo juego que «hemos de creernos» que funciona, pero no podemos comprobar qué cambia según que dejemos o no activo.
Tiene también un pequeño margen de mejora en cuanto a desempeño. En algunas ocasiones los botones de navegación tardan en responder y los gestos no funcionan muy bien cuando hay cambios en la orientación de la pantalla.
Reconocimiento facial
Parte de la responsabilidad de el sistema de eyección del módulo es la actividad del sistema avanzado de reconocimiento facial que se integra en la parte frontal. Ocupa una parte considerable del borde superior al componerse de un emisor y cámara de infrarrojos, el sensor de proximidad, un receptor, la cámara frontal y el emisor de puntos.
Se trata de una identificación basada en un reconocimiento en 3D de la cara del usuario, realizando un mapeado de 15.000 puntos. El sistema también cubre parte de entretenimiento y permite crear un modelo 3D de nuestra cara que podemos usar para aplicar las distintas iluminaciones 3D para retratos.
Tanto para una aplicación como para otra lo primero que se requiere es el escaneo del rostro. Para el del desbloqueo necesitaremos girar la cara lo suficiente como para que cree el mapa de nuestro rostro por todos sus ángulos, siendo más exigente el del modelado 3D (en parte porque no queda muy claro cómo hay que ponerse con las instrucciones que da).
Una vez ha obtenido nuestro rostro el sistema habilitará que al despertarse la pantalla podamos activar el reconocimiento facial, y que por tanto salga el módulo extraíble para el escaneo. Podremos despertarla con doble toque, el botón de encendido/bloqueo o el levantar para activar, pero esto último no funciona muy bien (obligando a exagerar el movimiento) y en todo caso habrá que deslizar una vez esté la pantalla encendida para activar el reconocimiento.
Este sistema tiene dos inconvenientes principales: la activación accidental (que hemos comentado al hacer referencia a las notificaciones) y la lentitud con la que al final se resuelve todo el proceso (despertar, accionar, eyección, reconocimiento).
El reconocimiento en sí es eficaz y sólo tiene problemas en situaciones complicadas para los sensores (y que se dan en el resto de sistemas que hemos visto), como la incidencia directa de los rayos de sol sobre ellos, o bien si añadimos gafas y se da algún otro factor puntual como no mirar de frente al sistema. Nos ha llegado a identificar en la oscuridad e incluso habiendo modificado el pelo o añadido gafas de vista o de sol.
Cuando por algún motivo no es capaz de reconocernos, el sistema ofrece la alternativa que hayamos elegido al configurar el reconocimiento facial. El módulo entonces se esconde, y si deseamos volver a intentar el escaneo nos toca ir atrás y volver a provocar su eyección.
Al final es práctico a medias. Cada uno ha de ver si le compensa tener más milímetros cuadrados de pantalla y disponer de este sistema o bien optar por un móvil con frontal estándar (notch o no) y un proceso más rápido, pero nos queda la sensación de que podría estar todo mejor implementado para que fuese un proceso más fluido (quizás con esa idea que dejábamos antes del lector de huellas en pantalla).
Cámaras: el módulo destaca, su desempeño no tanto
La otra parte del módulo corresponde a toda la maquinaria que permite la fotografía en este móvil tan particular. Como no podía ser de otra manera, tenemos doble lente trasera con una combinación de un sensor de 16 megapíxeles para la cámara principal y uno de 20 megapíxeles para la secundaria (que por características parece orientado a proporcionar mayor profundidad de campo para los retratos), ambos con apertura f/2.0.
Por su parte, la frontal viene con un sensor de 20 megapíxeles con apertura f/2.0 también. En este caso (y como ya hemos anticipado), ofrece el modelado 3D de nuestra cara al cual podemos aplicar una serie de filtros en los que en teoría participa también la inteligencia artificial. Pero antes de meternos en materia hablaremos de la app, porque en este caso hay bastante tela que cortar.
App de cámara
El minimalismo no tiene por qué estar reñido con lo intuitivo, pero a veces pasa. La app de cámara de OPPO mantiene a priori líneas de diseño ya familiares (un poco a caballo entre iOS y Samsung Experience), pero el manejo con todo lo que ofrece al final es algo confuso (y las opciones disponibles demasiado escuetas).
Dispone de navegación con swipes a través de los distintos modos, con un acceso rápido al flash, al HDR, al temporizador y al ratio en la parte superior y a Google Lens, el zoom (digital), los modos de belleza e inteligencia artificial y los filtros en la parte inferior, sobre el obturador y los modos (que están en la línea más inferior, aunque podemos deslizar a la altura que deseemos).
No hay problemas con ella en cuanto a estabilidad; no se nos ha cerrado, ni se nos ha quedado colgada o hemos experimentado lags y otros problemas que en ocasiones aparecen en la apertura o el cambio de sección. Pero de buenas a primeras aparecen unos números que no sabemos a qué corresponden, y tampoco tenemos muy claro qué hace el botón «AI» y en qué se diferencia de la identificación de escenas.
Ésta, por cierto, se activa o desactiva en las opciones de la app, las cuales son bastante reducidas sobre todo si comparamos apps que ofrecen tantas como la de MIUI (que tampoco es que sean necesarias todas, pero es llamativo el contraste). Echamos de menos algo más de información de todas las posibilidades o de qué son esos números (que son los grados del modo belleza), así como que se puedan desactivar por defecto efectos como el retoque en el modo retrato frontal: vamos a tener «belleza» sí o sí.
Esto lo desarrollaremos al hablar ahora de la experiencia con las cámaras y con esta app que no nos ha acabado de encajar, por poco intuitiva y por descompensada. Pero veamos qué podemos hacer con ella y con las ópticas.
Cámara trasera
Cuando vemos que en la mayoría de terminales las cámaras son protuberantes buscando algún milímetro extra de grosor para lentes y demás componentes, OPPO juega al sándwich que ya hemos comentado y esto se traduce en un menor espacio disponible para las cámaras. Quizás por eso no vemos zoom óptico y nos encontramos un desempeño por debajo de lo esperado en un terminal de gama alta.
Con buena iluminación se defiende, tanto a nivel de colores como de detalle, y saca muy bien las macro. En duda queda la necesidad del HDR, ya que en ocasiones tiende a sobreexponer y no notamos que haya un mayor rango dinámico en el cielo (donde suele notarse más en comparación con el disparo simple automático).
La pérdida de detalle aparece pronto, cuando la luz baja ligeramente (en las primeras fases del atardecer, por ejemplo), o si estamos en interiores. De noche, sin embargo, no es acusada, pero sí es cierto que los modos automáticos se acomodan en ISO relativamente altas para escenas que pueden salvarse con menor grado, de modo que el ruido es algo normal en disparos nocturnos.
Ahí puede ser un aliado el modo manual, que también nos servirá para jugar con las estelas de luz o buscar el efecto seda del agua (con largas exposiciones). Lo único que ocurre aquí es que se echa en falta bastante el peak, sobre todo a la hora de enfocar manualmente en escenas oscuras, y que falla la previsualización del cambio de la velocidad de obturación a partir de 1/16 segundos, de modo que con exposiciones más lentas nos toca ajustar a ojo (y esto suele requerir varios disparos para acertar la exposición).
El modo retrato se ayuda en teoría de la segunda cámara, pero no vemos que destaque salvo en contadas ocasiones, sobre todo cuando el contraste de colores entre el sujeto/objeto principal y el fondo es alto. Es bastante tolerante con la luz, y si insistimos un poco más y buscamos la iluminación más favorable nos funcionará de noche, pero hemos de andar con ojo con los modos de luz porque en ocasiones no lo aplica aunque no indique que el modo está activo.
Cámara frontal
La cámara frontal cada vez se merece menos eso de secundaria, bien por pura evolución o bien por el auge de las autofotos con las redes sociales y demás. De la mano de esto hemos visto como ciertos fabricantes han ido añadiendo posibilidades (e intensidades) a los modos belleza, pero lo de OPPO nos ha llegado a sorprender: bienvenidos a la exacerbación por obligación, a los ojos grandes por bandera, a la era del selfie cubista.
Antes hablemos del modo automático, quizás el más recomendable. Tenemos opción de añadir HDR, el cual va a ser casi imprescindible si queremos salvar el cielo, aunque es algo agresivo con los fondos y si estamos en una situación de contraluz o contraste dejará un resultado algo dramático, aunque sin exagerar los contornos del rostro y el pelo.
La cámara es especialmente dependiente de la luz para salvar el detalle. Cuando ésta es favorable la definición es adecuada y el resultado es realista, tanto a nivel de colores, como de balance de blancos como de curvatura de la lente (sin ver las deformaciones que en ocasiones se ven en los bordes debido a esto).
En interiores bien iluminados o cuando tenemos luz media ya se pierde algo de detalle, aunque el enfoque automático funciona bien y también la exposición y los colores. Podemos aplicar también en este caso seis grados de modo belleza, que irán aumentando los ojos de tamaño y puliendo la piel a medida que aumentemos del «1» al «6». Es exagerado, pero hasta aquí todo «normal» y, sobre todo, voluntario,
Entremos ahora, hilando con esto, al modo retrato. Como ocurre con la cámara trasera, es un bokeh no demasiado natural, pero salva bastante el asunto sobre todo a nivel de respetar los contornos (con los típicos borrones en ciertos puntos del pelo) y que no haya inconsistencias en el fondo.
Eso sí, siempre que hablemos del modo automático, porque el recorte de la iluminación en luz de lienzo y luz local es agresivísimo. Probablemente ocurra como en los modos del iPhone XS y hayamos de encontrarle el truco jugando con la luz para sacar el mejor resultado, pero no hemos conseguido que no haya un recorte tan drástico en los bordes (cuando se trata del pelo).
Aunque la parte más contraproducente es tener sí o sí modo «belleza», y aquí vamos a enfatizar las comillas. Lo agradable físicamente es algo subjetivo, además de que los cánones son algo volátiles en occidente y casi siempre bastante distinto al asiático, pero lo que tenemos en la mayoría de retratos es lo que veíamos también en la belleza aplicada en la parte trasera: ojos agrandados, torcidos, caras muy delgadas y pieles de porcelana, sin opción a desactivarlo.
Sí es cierto que a medida que lo hemos usado hemos visto que no siempre lo aplicaba en el mismo grado, y hemos podido salvar algunos retratos sin desproporciones incluso recurriendo a los modos de iluminación. Pero la solución sería tan fácil como añadir un switch o un botón para activarlo o no, como ocurre con las cámaras traseras y en otras apps.
Vídeo
Las cámaras traseras del OPPO Find X cumplen con el mínimo que se exigiría a un móvil de estas características e incluyen estabilización óptica de imagen (al menos en la principal), siendo capaces de realizar grabaciones hasta 4K. No hay muchas opciones tampoco para personalizar la grabación en cuanto a la app (no indica tampoco con cuáles trabaja el OIS), pero al menos podemos cambiar la resolución desde la interfaz (y, por supuesto, activar las opciones de belleza).
La calidad es buena con luz abundante, los colores son realistas y la exposición se compensa bien cuando hay un cambio en el encuadre. Pero la estabilización resulta algo agresiva en ocasiones, sobre todo al girar el plano, y se echa en falta algo más de fluidez con respecto a otros sistemas de estabilización.
Cuando la luz escasea los cambios de exposición se controlan algo peor, pero tampoco es nada grave y no llama la atención. Hay algo más de ruido y aparece la pérdida de nitidez cuando anochece, sin ser tampoco algo llamativo ni fuera de lo esperado.
Si nos gustan las tomas a cámara lenta, con el OPPO Find X podremos realizar vídeos a 1080p sin limitación de tiempo y con buen resultado.
La cámara frontal sale bien parada sobre todo con buena luz y su máxima resolución (1080p). Menos estable y con peor rango dinámico, pero el resultado es aceptable incluso con baja luz. Y en ambos casos la captura de sonido es buena.
Sonido: ni minijack ni estéreo
Hablamos de un móvil nacido para destacar, pero el audio no es una de las partes más potenciadas como ocurre en fabricantes como LG o aquellos que tratan de que el usuario pueda personalizar la experiencia al máximo a nivel de software como ASUS. No hay sonido estéreo, pero esto no significa que se tenga una mala experiencia ni mucho menos.
La calidad del audio es buena, incluso llegando a volúmenes altos. Tiene bastante rango dinámico, aunque podría tener algo más de matiz y profundidad, pero estando todo centrado en el altavoz único en la parte inferior lo defiende bastante bien. Llega a un máximo de 115 decibelios según nuestras pruebas, lo cual está muy bien y da para que el móvil cumpla como centro multimedia.
Mejora bastante la experiencia con auriculares. Con ellos tenemos un sonido con más matices y mayor nitidez, aunque lo que no hemos notado es un cambio con las opciones de ajuste que ofrece para auriculares (que han de tener micrófono para que el ecualizador esté disponible).
Hay una opción de Real HD sound, que será la que permita escoger la ecualización según el estilo musical o bien personalizarla (aunque sólo a nivel de bajos, medios y agudos). Por otra parte está el monitor de auriculares, que según describe «una experiencia karaoke», pero que probablemente dependa del modelo de auricular porque no hemos notado nada probando con varios tipos de contenido y tres modelos de auriculares (incluyendo los que se entregan con el móvil).
Autonomía
Con una batería de 3.730 miliamperios/hora, el OPPO Find X se coloca entre los que tiene una pila con mayor capacidad de la gama alta de 2018, sólo por debajo de los que llegan a 4.000 mAh como el Huawei P20 Pro o el Samsung Galaxy Note 9 (como veíamos en la tabla del primer apartado). Es lo esperado por lo voluminoso del teléfono, y por tanto las expectativas son relativamente altas en cuanto a autonomía, pero lo que nos ha volado la cabeza en este sentido es la carga rápida.
OPPO cumple lo que ya enfatizó en presentación es y la carga rápida SuperVOOC es impresionantemente rápida. Esos más de 3.700 mAh tardan en cargarse completamente 36 minutos. Algo más de media hora para casi 4.000 mAh, tremendo (aquí está la anécdota el análisis, dado que nos costó bastante calcular el tiempo de carga porque nos despistábamos y se nos pasaba que ya había llegado al 100%).
Aunque hay aquí también nubes y claros, porque lo que no es demasiado satisfactorio es la información que hay sobre el consumo energético. Las estadísticas de autonomía no nos dejan muy claro los tiempos medios (y GSAM Battery no ha dado resultados consistentes, probablemente por limitaciones del sistema), pero más o menos nos daba para acabar el día, en torno a las 21 horas de autonomía con un uso medio.
Si hacemos un uso intensivo (una buena parte del día tirando de datos, haciendo fotografías y con horas de reproducción de audio) no nos aguantará hasta el final del día, pero como mínimo así ya nos ha dado 8 horas. Sumando una autonomía medianamente buena y la carga rápida, la experiencia es buena y salvo que hagamos una jornada muy larga e intensa nos dará para no depender de baterías externas o enchufes.
Hay opciones de ahorro de batería que pueden darnos algo más de autonomía sobre todo si estamos por debajo del 10%, pero tendremos que tener en cuenta que esto desactivará procesos activos como puede ser una app de tracking (si estamos corriendo y lo activamos, adiós carrera).
OPPO Find X, la opinión de Xataka
Si la idea era hacer un móvil diferente, lo han conseguido. Si el propósito era innovar, lo han logrado. Pero si el objetivo era dominar, ganar, aplacar… Queda mucho por hacer, sobre todo en un móvil que vale 1.000 euros.
La experiencia con esa pantalla tan despejada es agradable y no cuesta nada acostumbrarse, aunque probablemente mejorase con los gestos que hemos comentado. Falta también que haya una solución para que las apps se adapten a estas formas con esquinas curvadas, pero al margen de esto jugar, ver una serie o consultar el timeline es muy cómodo y agradable en un panel así de despejado (aunque no demasiado bien calibrado).
El reconocimiento facial como tal funciona muy bien a nivel de eficacia, pero el peaje a pagar por este módulo eyectable es la mayor lentitud en el desbloqueo (en todo el proceso en total, que salga la cámara, no reconozca y que se desbloquee) si recurrimos a éste. También hay aquí margen de mejora, como también lo hay en el audio y en las cámaras.
Las cámaras quizás ha sido el apartado que más descompensa el exigente equilibrio que debería cumplir cualquier móvil que ostente el precio de «mejor tope de gama», sobre todo porque integra la mayor combinación de CPU y RAM que vemos actualmente en Android. La experiencia con ellas nos ha parecido irregular y por debajo de nuestras expectativas, aunque parte de ello pueda tener solución con actualzaciones.
¿Compensa comprar un teléfono con cámaras que se esconden? Quizás si el objetivo es ir a la vanguardia del diseño en smartphones, pero dado que el precio de otros buques insignia de configuración similar (y quizás mejores en ciertos aspectos), podría haberse implementado todo de mejor manera y que quedase más equilibrado. Es posible que sea un móvil adecuado para perfiles muy concretos.
8.4
A favor
- Probablemente la pantalla «más infinita» de la actualidad: la sensación e todo pantalla continua es muy agradable, y la calidad del panel es buena.
- La carga rápida SuperVOOC es espectacular. Así debería ser la carga rápida por definición.
- El proceso de reconocimiento facial es muy eficaz, rápido y funciona bien incluso en la oscuridad.
En contra
- La cámara está por debajo de lo esperado en un móvil de este precio.
- Se echan en falta opciones de personalización en el software.
- Al final no resulta tan práctico que el módulo tenga que salir cada vez: tanto fotografía como desbloqueo son más lentos que en los móviles con cámaras fijas.
En la producción del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de OPPO. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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OPPO Find X, análisis: un primer paso hacia las pantallas infinitas con algunos detalles por pulir
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por
Anna Martí
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