SNES Mini, análisis: Nintendo vuelve a robarnos un trocito de nuestro corazón con nostalgia (casi) perfecta
A pesar de que tengo la Wii original olvidada y que he estado tentado de hacerme con una Switch pero no lo he hecho, porque ahora mismo soy de jugar al Fifa en una consola más para gamers (una PS4), lo he de confesar: soy nintendero. La generación millennial ha crecido rodeada de Gameboys y Mario Bros era sin ninguna duda el personaje de videojuegos favorito, y a esa generación quiere cautivar de nuevo la gran N con su última creación, la SNES Mini.
Podría pensar alguien que solo por ser nintendero cualquier cosa que haga la compañía nipona nos va a embelesar pero no, la simple nostalgia no es suficiente, la experiencia tiene que ser acorde a las grandes expectativas generadas. La NES Mini ya nos cautivó pero tenía un grave fallo: lo corto del único mando que venía con ella, problema solucionado con la SNES Mini. Y tras viciarnos a grandes títulos como el Street Fighter II o Super Mario Kart lo podemos decir: la SNES Mini nos ha enamorado.
Así es la SNES Mini
La SNES Mini es un objeto de coleccionista. De hecho la versión que se distribuye en Europa está despertando envidias en el continente americano, en las que Nintendo está distribuyendo una consola con un diseño más sobrio, menos colorido pero que no deja de ser fiel al diseño de la SNES que se distribuyó allí. En el apartado apariencia Nintendo ha decidido ser fiel hasta el extremo, y lo ha llevado hasta ese punto.
Como comentábamos al inicio el precio oficial de la SNES Mini, porque los especuladores ya están intentando hacer su agosto aprovechándose del reducido stock, es 20 euros superior a la NES Mini, 79,95 euros concretamente. Puede parecer que Nintendo se ha querido aprovechar de un éxito más que asegurado, pero esta pequeña maquina (que en su interior es exactamente igual a la NES Mini) merece ese precio.
Se mire por donde se mire la SNES Mini estamos frente a una SNES miniaturizada. Los botones de encendido, reset y eject (aunque este último ahora no tiene ninguna función) siguen en su sitio, incluso se ha reproducido la ranura para los cartuchos que no necesitamos. El gris en dos tonos domina toda la carcasa, salvo por el dibujo que emula los botones del mando.
Hablando del mando, o los mandos porque parte de esos 20 euros de diferencia con la NES Mini se justifican al venir con dos mandos la SNES Mini, el que aquí escribe se volvió un poco loco (solo por segundos) para conectarlo. En apariencia, la SNES Mini tiene en la frontal los mismos conectores que la original, pero los mandos tiene el mismo conector rectangular que los de la NES Mini. El truco está en que tras esos aparentes conectores están los de verdad, solo hay que abrir la tapa.
Por el lado de las conexiones Nintendo ha mantenido su acertada estrategia con la NES Mini. Para sacar la imagen y el sonido contamos con una salida HDMI (el cable viene incluido) y para la alimentación un microUSB. En este último caso la consola solo viene acompañada del cable, no viene con el conector, aunque nos vale cualquiera de un móvil mismamente. Esa manera de alimentarla también posibilita conectar una batería externa, que como ya comentamos en el análisis de la NES Mini puede dar mucho juego.
El cable del mando ya no es una pesadilla
En el mando nos queremos volver a detener, ya que el mando de la NES Mini, o más concretamente su cable, fue el mayor punto negro de la anterior consola retro de Nintendo. Apenas 80 centímetros de longitud tenía aquel mando, lo que nos obligaba a separar la consola de la televisión o a pegarnos a esta o como último recurso, comprarnos un mando no oficial con un cable más largo o incluso inalámbrico.
Nintendo tomó nota y la longitud del cable se va a casi metro y medio. Podríamos pedirles mando inalámbricos, traicionando eso sí la idea de hacer una réplica exacta de la SNES original, pero lo que han vuelto a cuidar esta vez es la reproducción del viejo mando. Los mandos que acompañan a la SNES Mini son exactamente iguales a los de la consola original, con sus botones rojo, amarillo, azul y verde. Nuevo punto a favor para los nostálgicos.
Funcionamiento: sencillez hasta el extremo
Dicho todo lo que teníamos que decir sobre la consola y los mandos por fuera es hora de ponerla a funcionar. Conectado el cable de corriente (que puede ir a un enchufe o a un USB de la misma tele) y el HDMI empezar a jugar es cosa de segundos. Movemos el botón Power de posición y directamente accedemos al menú con los 21 juegos incluidos en la consola. En el primer encendido nuestra única tarea será elegir el idioma.
Todos los menús y el funcionamiento son exactamente iguales que en la NES Mini: en el menú principal encontramos todos los juegos disponibles, además del acceso a los ajustes de visualización, idiomas, información legal y manuales, aunque en este último caso solo se facilita la dirección de la web y un código bidi que dirige a la misma donde podemos encontrar el manual. La consola viene con su manual en papel, aunque solo explica cómo conectarla y las funciones de cada botón.
Jugar es cosa de niños, aunque cada vez que probamos un nuevo juego tenemos que ingeniárnoslas para adivinar la función de cada botón. Era uno de los puntos que criticábamos al probar la NES Mini y lo tenemos que seguir haciendo en esta ocasión, porque incluir un mini manual electrónico o incluso en papel no parece un gasto enorme y ayudaría mucho en las primeras partidas.
El catálogo de juegos (que cambia entre la versión americana/europea y la japonesa) se reduce a 21 títulos en esta ocasión ¡pero qué juegos! Sería injusto mencionar solo algunos de ellos, por lo que aquí va la lista completa de los juegos que acompañan a la SNES Mini:
- Contra III: The Alien Wars
- Donkey Kong Country
- EarthBound
- Final Fantasy III
- F-Zero
- Kirby Super Star
- Kirby’s Dream Course
- The Legend of Zelda: A Link to the Past
- Mega Man X
- Secret of Mana
- Star Fox
- Star Fox 2 (exclusivo)
- Street Fighter II Turbo: Hyper Fighting
- Super Castlevania IV
- Super Ghouls ’n Ghosts
- Super Mario Kart
- Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars
- Super Mario World
- Super Metroid
- Super Punch-Out!!
- Yoshi’s Island
Obviamente cada uno tiene sus preferencias, por aquí ya hemos dado caña a varios de ellos, pero lo cierto es que 21 juegos no nos parecen pocos, siendo además los que son. Lo que no nos gusta es que Nintendo se limite a una lista cerrada, que no haya ninguna manera de meter nuevos títulos en la consola, algo que pensamos que se podría dar pero que visto el precedente de la NES Mini descartamos ya totalmente.
Ojalá se hubiesen podido guardar partidas en la original
No nos podemos olvidar de algo que se mantiene respecto a la primera Mini, la posibilidad de salvar la partida de cualquier juego en cualquier momento. El botón reset vuelve a ser el que posibilita que salgamos de un juego hacia la pantalla principal, permitiéndonos a su vez utilizar uno de los cuatro huecos que tiene cada juego para grabar partida, una opción que ojalá hubiesen tenido todos los juegos de la consola original.
Sobre los modos de visualización, la SNES Mini sigue ofreciendo el modo original (imagen cuadrada), 4:3 y el modo televisor antiguo, emulando las rayas horizontales que se veían en viejos televisores. Estirar la imagen sin más a 16:9 sería un error, desproporcionaría todo, y adaptar los juegos a esa relación de aspecto es algo que no parece estar entre los planes de Nintendo.
SNES Mini, la opinión de Xataka
La SNES Mini no deja de ser una pequeña maquina llena de nostalgia. Emuladores hay muchos y es fácil montarse una miniconsola con juegos clásicos, no solo de la SNES, pero el encanto que tiene jugar con los mandos de toda la vida y con una SNES que solo reduce en tamaño y permite guardar partidas, en una sensación que por lo menos para mí sí merece la pena los 79,95 euros que toca pagar.
Si el precio lo dividimos entre los 21 juegos tendremos como resultado que no llegamos a pagar cuatro euros por cada uno de ellos, el doble que en la NES Mini aunque con un mando extra y sin tener que gastar en extensores de cable u otras soluciones. Y volvemos a estar delante de un entretenimiento para toda la familia, que no requiere de complicadas conexiones, de internet o de grandes esperas a la hora del encendido.
Por ello concluimos que Nintendo nos ha vuelto a robar un trocito de nuestro corazón y más lo hará si antes de Navidad el stock se estabiliza y la consola es accesible fácilmente, poniendo fin a la especulación que ya se dio con la NES Mini y que se está volviendo a repetir en esta ocasión. ¿Qué sentido tiene fabricar tan «pocas» unidades sabiendo que la demanda es tan grande? Esa es la asignatura que desde Nintendo han prometido aprobar en esta ocasión, pero que de momento siguen suspendiendo.
En Xataka | Si la nostalgia de los 80 ha sido muy geek y fandom, ¿cómo será la nostalgia de los 90?
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Mikel Cid
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