Xiaomi Mi Laptop Air (2018), análisis: así es el portátil con la ambición de ser el clon más aventajado de los MacBook de Apple
La vocación de este ordenador portátil es evidente: quiere ser la reina de una fiesta a la que también ha sido invitado el MacBook de Apple. Y, además, no tiene la más mínima intención de disimularlo, al igual que el modelo del año pasado. Casi todo en él, incluidos el diseño del empaquetado y características a priori secundarias como son la muesca bajo el touchpad que nos permite desplegar la pantalla o la ranura de refrigeración principal, copia a los portátiles de los de Cupertino. Incluso su transformador de alimentación es muy similar al que usan los MacBook.
Lo curioso es que, a pesar del descaro con el que Xiaomi ha copiado a Apple, la marca china también parece haberse esforzado para tener pequeños destellos de personalidad propia. La ubicación del lector de huellas dactilares, que está alojado en la esquina superior derecha del touchpad, y los altavoces de la marca austríaca AKG con los que cuenta, entre otras peculiaridades, delatan que este equipo aspira a no ser un clon más. Veamos qué es lo que nos propone.
Xiaomi Mi Laptop Air: especificaciones técnicas
Basta echar un vistazo a las características de este ordenador portátil para intuir con bastante claridad qué nos propone. Es un equipo para trabajar y estudiar, en el hogar y fuera de casa, en el que prevalece la portabilidad (solo pesa 1,3 Kg) y que debería rendir bien en los escenarios ofimático y multimedia, pero que no se sentirá cómodo con los juegos de última hornada y con aquellas aplicaciones que requieren un esfuerzo de cálculo importante, como la edición de vídeo o la creación en 3D. Un poco más adelante, en el apartado que dedicaremos a nuestro banco de pruebas, comprobaremos si se confirma nuestra intuición inicial.
Aunque solo pesa 1,3 Kg este equipo tiene una configuración equilibrada que debería permitirle rendir bien en los escenarios ofimático y multimedia
Me parece interesante poner en contexto ante qué tipo de ordenador portátil estamos para valorar sus especificaciones con rigor. Empezaremos por su CPU, un microprocesador Intel Core i5 de octava generación con 4 núcleos y capaz de procesar simultáneamente 8 hilos de ejecución (threads) que trabaja a una frecuencia de reloj base de 1,6 GHz. A falta de que comprobemos cómo rinde parece una opción apropiada para un equipo en el que prevalece la portabilidad, y que debería ofrecernos una autonomía atractiva.
El TDP (Thermal Design Power) de este chip de Intel es 15 vatios, un valor moderado que puede incrementarse hasta alcanzar los 25 vatios si el esfuerzo de cálculo lo exige, y que puede reducirse hasta los 10 vatios cuando la carga de trabajo es leve (el TDP refleja la potencia media medida en vatios que disipa el procesador cuando están todos los núcleos activos y trabajan a la frecuencia de reloj base).
La CPU está respaldada por 8 GB de RAM de tipo DDR4 a 2.400 MHz, en principio una cantidad apropiada para los escenarios de uso en los que se va a mover este portátil. Me parece un acierto de Xiaomi que haya optado por chips de memoria DDR4 y no LPDDR3, un tipo de memoria que también está soportado por este microprocesador y que algunos fabricantes montan en sus ultraligeros y tabletas para incrementar su autonomía gracias a su inferior voltaje, aun a costa de sacrificar potencia.
La GPU GeForce MX150 de NVIDIA rinde bien, pero la familia GeForce GTX 10 es mejor para juegos
Otro componente importante en el que merece la pena que nos detengamos es la pantalla de este equipo, que apuesta por un panel Full HD de 13,3 pulgadas y tipo IPS con unas especificaciones notables, pero no sobresalientes (tiene un brillo de 300 nits y una tasa de contraste de 800:1). De alimentarlo se encarga, además de la lógica gráfica Intel UHD Graphics 620 integrada en la CPU, un procesador gráfico GeForce MX150 de NVIDIA que nos ofrece más potencia que los gráficos integrados, pero menos que cualquier chip de la familia GeForce GTX 10 de NVIDIA.
Del almacenamiento secundario se encarga una unidad SSD de 256 GB fabricada por Samsung con interfaz NVMe. Más adelante, en el apartado que dedicamos a nuestro banco de pruebas, veremos qué tal rinde en CrystalDiskMark. Y, por último, la conectividad de este equipo contempla lo esencial, pero no es generosa. Profundizaremos en ella más adelante.
Xiaomi Mi Laptop Air 13,3″ | |
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Pantalla | LCD IPS de 13,3 pulgadas Full HD, 166 ppp, ángulo de visión de 170 grados, 300 nits de brillo, relación de aspecto 16:9 y tasa de contraste nativo 800:1 |
Resolución | 1.920 x 1.080 puntos |
Procesador | Intel Core i5-8250U (4 núcleos, 8 hilos de ejecución (threads), frecuencia de reloj base de 1,6 GHz, frecuencia máxima de 3,4 GHz, litografía de 14 nm y caché L3 de 6 MB) |
Gráficos | NVIDIA GeForce MX150 (2 GB GDDR5) |
RAM | 8 GB DDR4 2.400 MHz |
SSD | Samsung 256 GB NVMe |
Sonido | Dos altavoces AKG / Sonido Dolby Audio Premium Edition / Chip de audio Realtek ALC255 |
Versión S.O. | Windows 10 Home |
Conectividad | WiFi 802.11ac Dual Band / Bluetooth 4.1 1 x USB-C (carga del portátil, salida de vídeo y transferencia de datos hasta 5 GB/s) 2 x USB 3.0 / 1 x HDMI 1.4 / 1 x jack auriculares de 3,5 mm |
Dimensiones | 309,6 x 210,9 x 14,8 mm |
Peso | 1,3 Kg |
Batería | Polímero de iones de litio de 4 celdas / 40 Wh / Carga rápida |
Precio | 899 euros |
Primeras sensaciones: bien construido y con un teclado estupendo
Estoy escribiendo este análisis con mi ordenador portátil habitual: un MacBook Pro de finales de 2013. Y sí, el diseño y la construcción del Mi Laptop Air de Xiaomi me recuerdan mucho al equipo con el que he compartido tantas horas de trabajo durante los últimos cinco años. Su chasis es íntegramente de aluminio y su mecanizado tiene muy buen nivel. No tengo nada que reprochar en este terreno. De hecho, el chasis está mecanizado a partir de una sola pieza de aluminio, como el de los MacBook, por lo que los únicos tornillos que veremos son los que permiten retirar la tapa de la base que permite acceder a su interior.
Por otro lado, la bisagra que nos permite abatir y desplegar la pantalla es sólida y ofrece la resistencia a la apertura adecuada para permitirnos abrir el equipo con una sola mano. Tampoco puedo ponerle ninguna pega. El buen sabor de boca que nos dejaron el diseño y la construcción de los Mi Notebook Air que Xiaomi lanzó en 2016 y 2017, y que analizamos a fondo en su momento, se repite en este nuevo Mi Laptop Air.
Vamos ahora con otro componente muy importante porque condiciona claramente nuestra experiencia cuando utilizamos un ordenador portátil: el teclado. El del Mi Laptop Air está retroiluminado e incorpora teclas con un tamaño bastante generoso. A diferencia del modelo que probamos el año pasado, este teclado incorpora la letra «ñ» del alfabeto español, lo que demuestra que el mercado hispanohablante es cada vez más importante para la compañía china.
El recorrido de las teclas, de 1,3 mm, me parece correcto. Y, además, las teclas carecen de oscilación transversal, por lo que es posible utilizar el teclado durante varias horas sin descanso y sin que aparezcan molestias en nuestras muñecas. Eso sí, siempre y cuando nuestra postura corporal sea correcta. El único «pero» que puedo poner al teclado, aunque, en mi opinión, no es nada dramático, es que el tamaño de la tecla Enter es inferior al habitual, y esto al principio provocó que cometiese errores de escritura que desaparecieron pasadas unas horas, cuando me acostumbré a las dimensiones de esta tecla.
La calidad del touchpad de este ordenador portátil es equiparable a la del teclado. Es grande y responde con precisión tanto al toque como al arrastre en cualquier zona de su superficie, por lo que nos ofrece una experiencia satisfactoria. Lo único que no me convence es la ubicación del lector de huellas dactilares, que está alojado en la esquina superior derecha del touchpad. Me parece una buena idea que Xiaomi lo haya incluido en este equipo, pero hay otras ubicaciones menos intrusivas, como, por ejemplo, junto a la esquina inferior derecha del teclado.
Su pantalla convence, pero su conectividad se queda corta
Para poner a prueba la calidad del panel que Xiaomi ha elegido para este portátil recurrí, como suelo hacer, a la utilidad White Screen Page y a algunos de los patrones de DisplayMate. Sus negros tienen la profundidad que cabe esperar de un buen panel IPS, y su nivel de detalle en zonas oscuras es bastante alto (podemos apreciarlo con claridad con videojuegos y contenido cinematográfico). Xiaomi no nos ofrece información acerca de la cobertura de este panel de los principales espacios de color, pero su reproducción tonal es fidedigna y amplia, por lo que está a la altura de lo que podemos exigir a un portátil de gama alta.
El panel IPS de este portátil convence por sus negros y su reproducción del color, pero le vendría bien un nivel de brillo mayor para rendir mejor en exteriores
Otra característica importante del panel que no puedo pasar por alto es su brillo. Su intensidad es homogénea en toda su superficie, y, además, está recubierto por una lámina de vidrio Gorilla de tercera generación fabricada por Corning, la misma marca que estamos tan acostumbrados a ver en los teléfonos móviles. Este laminado del panel lo hace muy resistente a los arañazos, pero provoca que en entornos muy iluminados aparezcan reflejos que pueden llegar a molestar. En exteriores con mucha luz también echo de menos un nivel de brillo un poco más alto, aunque no es nada dramático.
Vamos ahora con la conectividad. En el lateral derecho del equipo tenemos uno de los dos puertos USB 3.0 y el puerto USB de tipo C. A este último conector recurriremos, además de, por ejemplo, para transferir datos, para cargar la batería del portátil. Y esto plantea un problema: cuando nos quedemos sin batería no podremos utilizar este puerto USB para otra cosa que no sea para la carga. Hubiera sido una buena idea que Xiaomi hubiese incorporado un segundo puerto USB de tipo C para resolver esta limitación.
En el lateral izquierdo del portátil tenemos un puerto USB 3.0 adicional, el minijack de 3,5 mm que podemos utilizar para conectar nuestros auriculares y la salida HDMI. Esta última es de tipo 1.4, por lo que podemos usarla para transportar señales 1080p con una cadencia de 60 Hz, o bien señales de vídeo 4K UHD con un refresco máximo de 30 Hz. Por cierto, es una lástima, pero carece de ranura para leer tarjetas SD.
Así le ha ido en nuestro banco de pruebas
El microprocesador de Intel que incorpora este ordenador portátil ha salido bien parado de Cinebench R15, una herramienta que, a pesar de su antigüedad, sigue siendo muy válida para revelar el rendimiento de la CPU en un escenario de ejecución multihilo. En la captura que tenéis debajo de estas líneas podéis ver que el chip Core i5-8250U de este equipo se codea de tú a tú con varios microprocesadores Intel Core i7 de tercera generación que tienen el mismo número de núcleos e hilos, pero que trabajan a una frecuencia de reloj sensiblemente superior. Y esto, lógicamente, deja a la CPU de este portátil en buen lugar.
En PCMark 10 el equipo de Xiaomi ha arrojado un rendimiento muy similar al del Yoga 920 de Lenovo que analizamos hace varias semanas, algo, por otro lado, comprensible si tenemos en cuenta que las especificaciones de estos equipos son parecidas. De hecho, incorporan la misma CPU. En cualquier caso, los más de 3.000 puntos que ha obtenido este portátil en esta prueba reflejan un rendimiento equilibrado en los escenarios de uso ofimático, multimedia y de creación de contenidos, que son, por otro lado, aquellos en los que por su enfoque debe ofrecernos una buena experiencia.
Vamos ahora con el escenario Home Conventional 3.0 de PCMark 8. Curiosamente, al Mi Laptop Air le ha ido en este test incluso un poco mejor que en PCMark 10. De hecho, ha aventajado con cierta claridad no solo al Yoga 920 de Lenovo, sino también al GX97 de Thunderobot, que está equipado con una CPU Core i7 de séptima generación. Esta prueba, de nuevo, refleja el interesante rendimiento de este equipo en los escenarios ofimático y multimedia.
En el test Creative Conventional 3.0 de PCMark 8 el equipo de Xiaomi no ha brillado tanto como en la prueba anterior. Aun así, los más de 3.000 puntos que ha arrojado reflejan que nos ofrece un rendimiento suficiente en el escenario de creación de contenidos medio, a pesar de no ser su «fuerte».
Su rendimiento en la prueba Fire Strike v1.1 de 3DMark es exactamente el que cabía esperar. Como podéis ver en la gráfica que tenéis debajo de estas líneas, la GPU GeForce MX150 que incorpora este ordenador portátil se sitúa a medio camino entre la lógica gráfica integrada HD Graphics 620 de Intel y la GPU GeForce GTX 1050 de la propia NVIDIA. ¿Y esto qué significa? Sencillamente, que podemos utilizar este equipo de Xiaomi para jugar, pero solo a títulos que no sean demasiado exigentes. No es un portátil diseñado para gaming, y su rendimiento a 1080p a la mayor parte de los títulos de última hornada no será ni mucho menos óptimo.
La captura que tenéis debajo de este párrafo no deja lugar a dudas acerca del rendimiento que nos ofrece la unidad SSD de Samsung que incorpora este ordenador portátil. Su velocidad de lectura secuencial asciende a algo más de 3.400 MB/s, que es un valor estupendo. La velocidad de escritura que ha arrojado en CrystalDiskMark también es muy buena, aunque no tan espectacular como la de lectura, algo que, por otra parte, es frecuente. En cualquier caso, esta unidad SSD con interfaz NVMe nos ofrece un rendimiento global muy bueno.
Vamos ahora con un apartado crucial en un ordenador portátil que aspira con tanta claridad, como reflejan sus 1,3 Kg de peso, a sentirse cómodo en un escenario de uso eminentemente móvil: su autonomía. Durante mis pruebas pude usarlo entre 6 y 6,5 horas en un escenario de uso intenso que combina herramientas ofimáticas, navegación en Internet y reproducción de contenidos. No está nada mal, pero tampoco es una autonomía espectacular. La pena es que con un uso medianamente intenso no da para una jornada de trabajo completa. Eso sí, este equipo cuenta con carga rápida, lo que le permite recuperar casi el 50% de la batería en 30 minutos. Habitualmente con una carga adicional de entre 20 y 30 minutos podremos estirar su autonomía a toda una jornada laboral.
Otro dato importante: ¿se calienta mucho? Afortunadamente, no demasiado. Bajo una carga de trabajo superior al 90% la CPU alcanzó una temperatura máxima de 81 grados centígrados, que es claramente inferior a su umbral, y la GPU rozó los 61 grados centígrados. Nada exagerado. Además, en estas circunstancias el nivel de ruido máximo que emite el equipo, medido con mi habitual sonómetro Velleman DVM805, no superó los 43,5 dB, que es un valor muy razonable, así que no tengo nada que objetar en este terreno.
Xiaomi Mi Laptop Air: la opinión y nota de Xataka
Tengo muy claro cuál es el mejor piropo que puedo lanzar a este ordenador portátil de Xiaomi: ha conseguido que me olvide de mi MacBook Pro como herramienta de trabajo. Al margen de las evidentes diferencias que existen entre Windows 10 y macOS, lo cierto es que podría convivir con este Mi Laptop Air permanentemente sin echar de menos nada que para mí sea realmente importante en un escenario de uso profesional.
Si costase 100 o 150 euros menos la relación coste/prestaciones de este equipo sería casi insuperable
La calidad global de su pantalla es alta, su diseño y construcción están muy cuidados, su rendimiento global es el adecuado en los escenarios de uso ofimático y de reproducción de contenidos… Además, es un equipo muy ligero que podemos llevar siempre encima sin que su peso nos penalice demasiado, y la calidad de su teclado y su touchpad rivaliza con la que nos ofrecen los ordenadores portátiles de Apple, a los que imita con un desparpajo casi insolente. Incluso su precio me parece razonable (900 euros), aunque si fuese 100 o 150 euros más bajo, en mi opinión, su relación coste/prestaciones sería casi insuperable.
El apartado en el que tiene un margen de mejora más claro es, en mi opinión, la conectividad. Y es que, como os he confesado durante el análisis, echo de menos un segundo puerto USB de tipo C que quede disponible cuando utilizamos el primero para cargar la batería, así como un lector de tarjetas SD que yo utilizo constantemente para descargar las capturas que obtengo con mi cámara de fotos. También le vendría bien contar con un panel un poco más luminoso, sobre todo para rendir mejor en exteriores, y yo colocaría el lector de huellas dactilares en otro lugar menos intrusivo, y no dentro del touchpad.
Como acabamos de ver, esta propuesta de Xiaomi aglutina muchos aciertos, pero también tiene algunas carencias. Aun así, después de utilizarlo de forma intensa durante diez días me parece honesto reconocer que va a costarme desprenderme de él. Y es que es un equipo con mucho encanto que aconsejo a cualquier usuario que esté buscando un ordenador portátil ligero, bien construido y con un rendimiento equilibrado para trabajar o estudiar. Para jugar y crear contenidos hay equipos más capaces, pero en su terreno este Mi Laptop Air es un jugador de primera división.
8,5
8
A favor
- La calidad global de su pantalla es alta
- Su diseño y acabado están muy cuidados
- Su rendimiento en los escenarios ofimático y de reproducción de contenidos es equilibrado
- Tiene una relación coste/prestaciones atractiva
En contra
- En exteriores le vendría bien tener un nivel de brillo algo mayor
- La ubicación del lector de huellas dactilares en el touchpad no es la idónea
- Un segundo puerto USB de tipo C le habría venido de perlas
- Carece de ranura para leer tarjetas SD
El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
Más información | Xiaomi
En Xataka | Xiaomi Mi Notebook Air (2017), análisis: la mejor relación precio/prestaciones sigue sorprendiendo
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Xiaomi Mi Laptop Air (2018), análisis: así es el portátil con la ambición de ser el clon más aventajado de los MacBook de Apple
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Juan Carlos López
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Xataka
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